sábado, 11 de octubre de 2008

Crisis

He perdido la escritora que solía ser. Encuentro qué escribir, pero no sé como hacerlo.

Busco trabajos pasados que publicar. Leo y releo. Nada me convence.

“Repito palabras” “está mal escrito”. Pienso de mis trabajos realizados en el taller literario, tres años atrás; donde los “excelente” y “Muy buen trabajo” de mi profesora, contradicen la crítica actual.

¿Por qué para otros es tan fácil? Tienen el privilegio de escribir maravillosamente sobre historias comunes, y publicarlas. Yo quiero, pero no puedo. No es mi estilo. Además, resultaría patético siquiera intentar copiar el estilo de otros escritores. ¡¡No!!.

Debo encontrarme a mi misma. Las redacciones imaginarias, melosas y románticas de hace tres años, no me identifican, ni habré de publicarlas.

Antiguamente, durante largos períodos de soltería como este, solía criticar todo; escribirlo y publicarlo. También he perdido mi espíritu crítico, según parece.

El vacío genera grillos, cuyos sonidos ensordecen mi capacidad imaginativa.

¡Habiendo hecho tanto, esta semana! ¡Tantas cosas lindas y variadas! Debería escribir sobre eso, ¿no?

Lo pensé. Incluso creé varios títulos que no pude desarrollar, hasta ahora, como ser: Five O’ Clock Tortoni y Gajes de una vocación sin recursos (este último, una crítica sobre lo mucho que me cuesta desarrollarme en el ambiente del turismo, que tanto amo; donde, por un lado, tengo experiencia, pero por el otro carezco de recursos para formarme académicamente, y conseguir un buen trabajo relacionado).

Será cuestión de esperar. Valerme de una libretita para tener conmigo dondequiera que valla, no me vendría nada mal. Podría escribir ítems de las cosas que deseo contar sobre los sitios de Buenos Aires que visito cada día, y de apoco, encontrar las palabras perdidas; mientras me hundo, como siempre, en otro (no menos importante) gran amor: La música… El Piano.