miércoles, 31 de diciembre de 2008
sábado, 27 de diciembre de 2008
That's why I just DO NOT have one
Excessive love or admiration for oneself; in psychoanalysis, gratification manifested in admiration and love of oneself
Dr. Marion Solomon, a Los Angeles psychologist and author of "Narcissism and Intimacy," said that true narcissists are startled when their spouses say they are miserable in the relationship.
-- Jan Hoffman, New York Times, 7/20/2008
They found that the number of "Friends" on a person's Facebook and the number of "wallposts" they have there correlated with their narcissism. That figures, Buffardi suggests, as narcissists tend to have lots of shallow relationships rather than a few solid ones.
-- Jennifer Huget, the Washington Post, 9/26/2008
By 1822, from Greek Narkissos, beautiful youth in mythology (Ovid, "Metamorphosis," iii.370) who fell in love with his own reflection in a spring and was turned to the flower narcissus.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Las cosas en si mismas
Lo maravilloso de tener mente y corazón despejados, es poder ver las cosas en si mismas; sin remitirse a nada ni nadie más.
Allí donde la letra de una canción, es la letra de una canción; donde un lugar es un lugar; y donde una imagen es una imagen; podremos disfrutar libremente de la esencia de las cosas.
Ver sus detalles, descubrirles vueltas de tuerca, impensadas cuando nos remitían a algo o alguien mas.
Ser libres en el disfrute de la mera contemplación, o sumergirnos de lleno en todo aquello que la vida nos presenta.
Así se siente ahora mi mente, y mi corazón: Dentro de una maravillosa página en blanco, abierta a ser escrita por cada experiencia que la vida me depare, sin más.
Toda nostalgia remite a tiempos por venir, aunque parezca contradictorio.
Pero, una canción es una canción, y yo disfruto de la historia que cuenta. Puedo figurarme al autor escribiéndola. Ocasionalmente, es tan profundo el significado, que logra remitirme a, lo que mi imaginación considera, la vida del autor: Aquello que le llevó a escribir esa canción… Y me pregunto: ¿por qué el amor hace sufrir tanto a la gente?… ¿No debería hacerlas felices?. ¿Por que la fuente inspiratoria mas efectiva de un poeta, es indefectiblemente el sufrimiento?.
¡Que hermoso es descubrir lugares que creía conocer, cuando me remitían siempre a alguien más!. Los detalles, imperceptibles ante la presencia de esa persona, obnubilando mi mente.
El Cine demuestra, con sus nuevos estrenos, cómo la vida continúa, y sigue su curso. Todo se renueva. Despierto a la belleza de los detalles en si mismos. ¡Bien por la gente que se ama, así en la vida, como en las comedias románticas; sin remitirme a alguien más!.
¡Viva la Natividad del Niño Jesús!. ¡Gracias a Dios por este regalo de querer armar el Árbol, luego de muchos años de negación!. La Navidad es el nacimiento de Jesús, y no tiene por qué deprimirme; al contrario: Es el mejor momento para acompañarse y agradecer la presencia de los seres queridos. Mi modo de hacerlo, ahora, es con buenos regalos, y mucho amor.
¡Gloria a la Vida por sobre todas las cosas!: Donde el oxigeno, es oxigeno; y debe ser cuidado. Donde los animales tienen vida y no son juguetes.
…. Y donde nada debería remitirse a alguien más, sino al Yo soy, y Yo puedo hacer el Bien; Por la Naturaleza y mi Prójimo.
domingo, 30 de noviembre de 2008
40 horas en el siglo XIX
Cuando comenzó, creímos que no duraría mucho.
“Un apagón, es todo”, pensamos. Luego pasó una noche lluviosa de verano.
Al día siguiente, nada: Ni luz, ni agua… Ni ascensores para los pisos altos del departamento.
Desperté temprano, sin mucho para hacer. Casualmente, había un poco de agua en la pava, para hervir un té (ya habrán visto cuanto adoro el té)
Sola, un sábado de Noviembre, luego de haber trabajado toda la semana. Descansé.
Escuché algo de música en antiquísimos walkman. Luego me dieron incontenibles ganas de escribir: relatar cosas, más que nada descriptivas, sobre asuntos cotidianos; preocupada, sin embargo, por la evidente carencia de un principio, un nudo, un desenlace, y un final, que le aportaran coherencia a un simple relato común; en nada relacionado con venderle algo al lector, ni mucho menos.
Nunca me perdonaré esto de haberme desacostumbrado a la escritura manual. Amo tipiar en la computadora, o en su defecto, mi máquina de escribir, a la que le falta (lo que yo llamo) la cinta de tinta, y no sé donde conseguirla.
“Quedará para después”. Pensé, sin imaginar lo eterno del después que se nos venía encima, a mi familia y a mi.
Dieron las doce y media del mediodía. Necesité escapar, y pensé en el cine. Habían un par de cupones de descuento para un famoso restaurant de pastas, y un 2x1 en entradas.
Quedé absorta, mirando los papeles, imponiéndome alguien más. Tenía la película elegida, el cine y el restaurant.
Pensé en mis pocos, pero valiosísimos ( y ocupadísimos) amigos del alma. “No Podrán”. “Él estará trabajando, o durmiendo; a esta hora….. Y ella ya me ha dicho que se encuentra repleta de exámenes, hasta fines de diciembre”. “No podrán”.
Ignoré el 2x1 en entradas, y tomé el descuento del restaurant, para almorzar fuera, casualmente, los ñoquis del 29.
Vi la película de mi interés a sala llena; y regresé a casa, corriendo bajo la lluvia, como el día anterior.
Todavía estábamos sin luz. Ya para entonces, la casa hecha un chiquero, sin agua; y mi desesperación, creciente; por quitarme la mugre del cuerpo.
Las ganas de escribir, contradecían mi falta de ideas…. Y la inerte impotencia de no tener dónde tipiar.
El apagón resultó ser más que eso. Devoré otro cuento de Cortázar, para matar el aburrimiento; antes de llamar sin éxito a mi amigo, para preguntar si él, en su casa, a diez cuadras de la mía, tenía luz.
Dormí temprano, al anochecer, sin tener mucha noción del tiempo. Sentí haber descubierto el secreto de por qué las personas de antaño, despertaban mucho más temprano que nosotros.
Tanto deseaba yo vivir en el siglo XIX cuando era niña, en medio del campo, como la familia Ingalls.
Pero los siglos no se mezclan, pues los seres no se adaptan. Sabia es la naturaleza que destruimos a cuentagotas.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Los pequeños placeres II
Leer y escribir son mi paraíso durante los fines de semana. Mi casa a solas. El silencio de las cosas.
A mis padres les cuesta comprender este amor mío por el hogar. ¿Por qué no voy afuera? ¿Por que no comparto noches de sábado con amigos, como la gente normal?.
Pues, porque no me gusta la noche, y me descoloca regresar en las mañanas de domingo. El día tácito, a sueño limpio.
Yo prefiero un buen libro, mi PC donde escribir (ya me desacostumbré al puño y letra, desgraciadamente); y salir con amigos, si, durante el día, de vez en cuando.
Entre trabajos y facultades, ambos están ocupados. Soy mujer de pocos amigos, pero me integro activamente a grupos.
No me engaño diciendo, o presumiendo de esta cualidad; que todos son mis amigos, porque no es cierto. Congeniamos, siempre me he llevado bien, nunca un problema, no más allá del estudio o el trabajo.
Ser amigo, es diferente. Único, especial, incomparable. No podría tener infinidad de amigos, porque no me alcanzaría el corazón para cobijarlos como se merecen. Es fácil ser un buen compañero mío, pero sumamente difícil ser amigo.
Duele, a veces, que carezcamos de tiempo para vernos. Allí es donde aprecio otras pequeñas cosas que hacer con mi tiempo libre, durante el fin de semana:
Redactar imágenes, críticas o pequeñas historias que me vengan a la mente, tomar un buen té a las cinco de la tarde, mientras veo cine europeo, leer (y terminar) libros; salir sola, caminar…. Y escribir la vida como se me dé la gana (durante el fin de semana) sin estructuras, horarios ni obligaciones que cumplir.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Rata de librerías
Por más que lo intente, no logro contener mi amor por los autores y sus obras, dispersas en incontables ediciones, por todas las librerías del país.
Nunca falta un escritor en mi memoria, que inspire mis estancias casi eternas en librerías locales.
Virginia Woolf, y sus obras: La Sra. Dalloway (1925), Las olas (1931) y Entre actos (1941); han sido objeto de mi más reciente curiosidad literaria; mientras termino Londres, un libro que reúne seis ensayos que la autora escribió en 1931 para una revista inglesa.
Resulta fascinante sentir el olor a libros cada vez que ingreso en las librerías. Ver de paso, las últimas novedades, segundos antes de entrar en la búsqueda específica.
No me gusta preguntar, sino investigar por mi misma. Las horas pasan cual segundos, mientras busco en orden alfabético, por los estantes más próximos al suelo.
Sólo consigo Las olas , a casi cuarenta pesos. No lo puedo comprar, tampoco es urgente. Debo terminar Londres, y ponerme a leer tantos otros libros, de autores con quienes todavía no me he deleitado.
La gente debe mirarme como a una loca, mientras busco frenéticamente, y acumulo otros tantos libros interesantes que leer, antes de conocer sus imposibles (nada urgentes) precios.
Contener impulsos es la clave, para salir airosa y no gastar; mientras el tercer y último tomo de Cuentos completos, por Julio Cortázar, ruega que lo lleve conmigo a casa, para completar la colección. Treinta y cinco pesos. Imposible ahora. No es urgente. Otra vez será.
Una mezcla de ternura y comicidad invade mi rostro al ver las caras de los vendedores, cada vez que salgo de las librerías, luego de al menos tres horas internada entre diversos autores y sus obras. Si tuviera dinero, las compraría todas, aunque no fuera urgente.
domingo, 26 de octubre de 2008
Colectivo* lleno
¿Quién no ha soñado alguna vez con que ese placer continúe durante todo el recorrido?
Si bien las costumbres humanas involucionan cada vez más hacia el sujeto egoísta e individualita, todavía existimos unas pocas personas cuya educación y sentido común, nos obligan a ceder el asiento a los mayores, de movilidad reducida, mujeres embarazadas y con niños pequeños.
Sin embargo, en ocasiones reiteradas, quizá debido a la escasez de gentileza en muchos individuos, y el aumento de personas con necesidad de asiento que suben a los colectivos; yo en particular, como miembro de la minoría gentil que cede asientos, sufro de gran culpa y cargos de conciencia, antes de cumplir con mí deber ciudadano.
No me agrada en lo más mínimo ceder asientos, porque casi siempre llego al colectivo agotada. Entonces espero. Veo subir un anciano, y espero a que alguien más ceda el lugar.
Pasan los minutos, nadie hace nada. Allí es cuando me carcome la culpa, y finalmente me levanto. Con las embarazadas, no dudo un minuto, por su puesto.
Si un gentil obligado (como yo) viaja en colectivo, entre las 14 y las 16 horas; prepárese a recibir un contingente interminable, de personas mayores, y mujeres embarazadas a quienes ceder asientos.
Es entonces cuando una mezcla de culpa y bronca azota mi corazón cansado, minutos antes de regalar el precioso espacio junto a la ventanilla.
¡¿Por qué demonios viajan todos a la misma hora?! ¿Es que acaso se ponen de acuerdo? No tengo nada contra las embarazadas; pues mi instinto maternal me lleva a cederles el asiento sin ningún problema.
Pero los ancianos… ¿Por qué suben tantos, en esa franja horaria? ¿Hay algo más importante para una abuela, que ver las novelas de la tarde? Según parece, si. Lamentablemente.
Y entonces uno Debe ceder el asiento. Elegir uno de tantos que suben. El más canoso y decrépito individuo de la naturaleza, para darle el maldito lugar.
No importa cuan agotado esté, ni lo pesado de los bolsos que uno cargue; la culpa gentil con que se ha crecido, lleva a donar aquél precioso espacio junto a la ventana. Levantarse, poner una voz firme y decidida. “¡Señor/a! Siéntese por favor”. De ser necesario, convencerlos; tratando a su vez de disimular esa mezcla de bronca y obligación que puebla mi rostro cada vez que lo hago. Por más que lo intente, no puedo evitar la cruel gentileza con que he sido criada.
Por último, a aquellos IMBECILES RETARDADOS MENTALES que para mi ¡¡¡¡FURIA DESMEDIDA!!!!! ROBAN descaradamente el asiento cedido por mí a una persona realmente necesitada; ¡¡¡¡PÚDRANSE EN EL INFIERNO ETERNAMENTE!!!!! (Ustedes saben quienes son).
sábado, 18 de octubre de 2008
Si tienes gatos, no seas madre
SNM: Prométeme que, cuando te vallas a vivir sola, no llevaras a ese gato contigo.
Y: Claro que sí lo haré. ¿Por qué no?
SNM: Porque transmiten enfermedades muy severas. Nunca hay que estarles muy cerca, ni tocarlos.
Y: Eso lo dices porque a ti no te gustan los gatos. Yo he tenido a Tito desde hace al menos tres años, y nunca he sufrido enfermedad alguna debido a él.
SNM: Ya verás en unos años. Se ha comprobado que los hijos cuyas madres tienen gatos, nacen tarados, o con malformaciones congénitas.
Y: Aly nació en una casa llena de gatos, y es una de las mentes más brillantes que he conocido.
SNM: Pero nunca ha podido tener hijos.
Y: ¿Eso qué tiene que ver con los gatos? Seguramente no haya sido siquiera problema de ella…
SNM: Nunca se sabe.
Y: Tampoco viene al caso. Lo que quiero decir es que, no puedes decir que un bebé nacerá con problemas psicofísicos porque convive con gatos. Es absurdo.
SNM: Pero sí está comprobado que producen enfermedades en la piel.
Y: Eso, si eres alérgico.
SNM: Tomemos como ejemplo a los gatos persas de pelo largo, como el tuyo: Respiras la pelusa que emiten, y eso afecta las vías respiratorias.
Y: Sólo si eres alérgico. Además, según tu teoría, con los años que llevo conviviendo con mi gato, ya deberían haberme asfixiado los pelos del pobre animal ¿verdad?
sábado, 11 de octubre de 2008
Crisis
He perdido la escritora que solía ser. Encuentro qué escribir, pero no sé como hacerlo.
Busco trabajos pasados que publicar. Leo y releo. Nada me convence.
“Repito palabras” “está mal escrito”. Pienso de mis trabajos realizados en el taller literario, tres años atrás; donde los “excelente” y “Muy buen trabajo” de mi profesora, contradicen la crítica actual.
¿Por qué para otros es tan fácil? Tienen el privilegio de escribir maravillosamente sobre historias comunes, y publicarlas. Yo quiero, pero no puedo. No es mi estilo. Además, resultaría patético siquiera intentar copiar el estilo de otros escritores. ¡¡No!!.
Debo encontrarme a mi misma. Las redacciones imaginarias, melosas y románticas de hace tres años, no me identifican, ni habré de publicarlas.
Antiguamente, durante largos períodos de soltería como este, solía criticar todo; escribirlo y publicarlo. También he perdido mi espíritu crítico, según parece.
El vacío genera grillos, cuyos sonidos ensordecen mi capacidad imaginativa.
¡Habiendo hecho tanto, esta semana! ¡Tantas cosas lindas y variadas! Debería escribir sobre eso, ¿no?
Lo pensé. Incluso creé varios títulos que no pude desarrollar, hasta ahora, como ser: Five O’ Clock Tortoni y Gajes de una vocación sin recursos (este último, una crítica sobre lo mucho que me cuesta desarrollarme en el ambiente del turismo, que tanto amo; donde, por un lado, tengo experiencia, pero por el otro carezco de recursos para formarme académicamente, y conseguir un buen trabajo relacionado).
Será cuestión de esperar. Valerme de una libretita para tener conmigo dondequiera que valla, no me vendría nada mal. Podría escribir ítems de las cosas que deseo contar sobre los sitios de Buenos Aires que visito cada día, y de apoco, encontrar las palabras perdidas; mientras me hundo, como siempre, en otro (no menos importante) gran amor: La música… El Piano.
sábado, 20 de septiembre de 2008
jueves, 11 de septiembre de 2008
Responsabilidad Inquisidora
R: ¿Y vos? ¿Qué haces despierta a esta hora?
Y: Escribiendo. Me dió la gana.
R: Son más de las 12. Deberías dormir, mañana te espera un largo día, repleto de responsabilidades.
Y: Valga la redundancia. Mira quien habla. Para el caso, empecemos por ti; pues para ambas rige el mismo uso horario… A menos que vivas en China. ¿Eres oriental?.
R: ¡Claro que no! Yo debo estar despierta, para enseñarte y guiarte. Dependo de ti. Tú me dices cuando descansamos; así como yo te indico los pasos a seguir para sobrevivir en este mar competitivo, repleto de responsabilidades.
Y: Repleto de Responsabilidades… Se ve que te gusta pronunciar la letra R, y repetir la misma frase varias veces, como si fuera estúpida.
R: La falta de sueño nocturno, desemboca en un mal rendimiento diurno, grábatelo bien. Así nunca podrás alcanzar los estándares de rapidez y calidad corporativa que requieren las empresas que te contraten. Jamás subestimes el empleo conseguido, pues podría resultar un arma de doble filo.
Y: ¡Maldición! ¡¿Puedes dejar de rimar?! Para que lo sepas: La moralidad me cae pesada a estas horas de la noche. Eres la piedra en el zapato de mi inspiración.
R: ¡Ja! Inspiración. ¿Dónde? No la veo por ningún lado.
Y: …Será porque la obstruyes con tu parloteo constante.
R: Bueno. Supongamos que se te ocurren ideas ¿dónde las aplicas? No veo que hagas nada productivo.
Y: ¡¡Estoy escribiendo!! Hago algo, aunque me importa un bledo que sea productivo o no.
R: Te arrepentirás de esto mañana, cuando te duermas en tus entrevistas; ya verás.
Y: ¿Has pensado que, quizá tu insistencia por hacerme dormir a preguntas eternas, sea lo que de hecho me esté impidiendo conciliar el sueño?
R: …
Y: ¿quieres que me duerma?
R: Si.
Y: Entonces, deja de inspirarme, y empieza por ti.
R: Jajajaja. ¡¿Ahora soy yo la que te inspira?!
Y: ¿Cuál crees que es el contenido de mi escritura?
R: Es de mala educación contestar a una pregunta con otra pregunta. Dime, ¿Cuál es tu inspiración?
Y: Mírate nada más: ¡Eres la ironía en ti misma! Dices que es de mala educación contestar con preguntas, ¡¡y luego cuestionas mi escritura!!
R: Jamás he cuestionado tu escritura. Sólo sé que es muy tarde, tengo sueño, y necesito que ambas nos durmamos rápidamente. Mañana tienes muchas…
Y: …Responsabilidades que cumplir. Lo sé. ¿Quieres que me duerma?
R: ¿Es este un diálogo de sordos?
Y: No se responde a una pregunta con otra pregunta, es de mala educación.
R: ¡¡¡Ya basta!!! ¡¡¡Duérmete!!!!
Y: ¡¡¡¡Entonces, cierra tu maldita boca, y deja de parlotear!!!
R: …………………………………………..Zzzz.
Y: A-MEN.
sábado, 30 de agosto de 2008
Ideal para Escribir
Necesité combinar mis ganas de redactar, con la necesidad de tranquilidad y aire medianamente puro, en un día tan hermoso como hoy.
Entonces, pensé en la Plaza Irlanda; a sólo cinco cuadras de mi casa. Debo decir que, verdaderamente superó mis expectativas.
Creí encontrar algo pequeño, subdesarrollado; con apenas algunos clásicos bancos de plaza donde sentarme; pero hallé mucho más que eso.
Grandes espacios verdes, llenos de oxígeno, árboles, y caminos que surcan tres sectores bien diferenciados:
La cancha combinada para practicar básquet y fútbol, protegida con vallas blancas, de aproximadamente dos metros de altura.
Juegos; que incluye clásicos como el subibaja, tobogán, hamacas, y hasta su propia calesita; todo digno de revivir mis mejores recuerdos de infancia.
Finalmente, aquí, donde me encuentro cómodamente sentada, escribiendo: Las mesas de juego; testigos de innumerables partidas de Ajedrez, damas, naipes… que entretuvieron por años a la tercera edad.
Hoy no encontré nada de eso, sino parejas, grupos de amigos y familias; reinventando el espacio, para realizar cómodos picnics al aire libre.
Es un placer estar aquí, practicando mi arte literario manualmente, como hace años no lo hacía; más allá de esta computadora; orgullosa como estoy, de tener un hermoso parque tan cerca de casa.
Habré de frecuentarlo más, en mis fines de semana solitarios; cuando hace un clima tan primaveral.
Hermoso el silencio de la naturaleza urbana que me rodea, donde la conjunción del oxígeno y los árboles parecen absorber absolutamente todos los ruidos molestos que me impidan escuchar mi voz interna a la hora de escribir.
martes, 12 de agosto de 2008
Técnicas de Escapismo
Nada de psicología freudiana sobre esto: Es verdad, y no lo hice de manera inconsciente.
Necesitaba escaparme de mi soledad; entonces pensé: ¿En qué lugares me gustaría estar, a tal punto de olvidar por completo mi naturaleza solitaria; e incluso, disfrutarla?
1. El Campo.
Y ¿qué haría, una vez instalada allí?
a) Levantarme al amanecer.
b) Realizar actividades de granja.
c) Lo más importante: Montar a Caballo, hasta el anochecer.
Fue entonces donde apliqué la técnica número uno de escapismo, para quienes disfrutan escribir: Imaginar que estoy allí.
Lo más hermoso y fácil, para una persona de bajos recursos económicos como yo. Cerrar los ojos, respirar profundo, relajarme, imaginar, meditar, y, finalmente, escribir. Amo esa magia del papel y la tinta (devenidos Word y Tipeo, con el avance de la tecnología); donde todo es posible: Puedes ir a dónde quieras, como te plazca, sin ningún tipo de uso horario, ni dinero, ni trámites burocráticos para renovar el pasaporte (asunto pendiente en mi agenda).
Viajar a cualquier parte del mundo que desees; en mi caso China (más allá de los Olímpicos), Japón, Egipto, Grecia, Roma, París, Madrid, Londres…. E incluso al satélite Lunar (algunos famosos empresarios multimillonarios ya reservaron, de hecho, sus viajes allí. Lucky them).
Volar, camuflarse, desaparecer, morir y resucitar… Lo imposible. Sólo con Imaginación, papel y tinta (o una computadora / ordenador).
Pero, no todo escritor tiene momentos constantes de inspiración. ¿Qué hacer cuando no se me ocurre nada que escribir, sigo sin ingresos de dinero, ni talento extra para una beca de estudios, y todavía necesito escapar?
He aquí la técnica número dos de escapismo: Leer.
Todos tenemos algún que otro libro en nuestras casas. En su defecto, podemos asistir a la biblioteca más cercana y abrir libros que nos conduzcan hacia nuevos mundos. Imaginarios, o no; hay en ellos diferentes horizontes por descubrir.
Como todo, hay libros y libros: No todos atrapan al lector. Depende mucho del estado anímico en que uno se encuentre al momento de abrir el libro y ponerse a leer; así como también del estilo, o el género que el autor haya querido reflejar en su obra. Usando el sentido común: Te gusta, o no.
En mi caso particular, cuando un libro me atrapa; me transporta y me evade, donde quiera que esté.
Es sólo entonces cuando resulta una efectiva técnica de escapismo; capaz de transformar la vorágine del Microcentro porteño, en el más perfecto templo oriental, donde poder meditar tranquilos.
De no introducirnos en la trama literaria que nos presenta el autor, como me sucedió lamentablemente con Cortázar, hace un tiempo; resultará el efecto contrario al de la evasión que busco. Allí donde, el sólo hecho de leer unas líneas del libro, parezca aumentar el volumen de todos los sonidos a nuestro alrededor. Insoportable.
No soy de las personas que disfruten el dejar los libros por la mitad; aunque tampoco es fácil para mí, encontrar el gusto literario en cualquier obra que me presenten.
Técnica de escapismo número tres: La Música. Hermosa. Según el género, para gente como yo, puede resultar un arma de doble filo.
Soy una amante (no practicante, por falta de recursos) de la familia de los Teclados. Más específicamente, el Piano. Disfruto escuchando obras de Bach, Beethoven, Brahms y Chopin, entre otros.
Sin embargo, la música latina me resulta nociva; pues revive justamente todo aquello que quisiera olvidar, rompiendo así con la pura esencia del escape que quisiera lograr.
Es raro que obras para piano de los compositores que mencioné al inicio de este párrafo, fallen para una terapia escapista; pero, cuando en ocasiones siento que falta algo; suelo combinar la escucha de esas obras, con la lectura y escritura: Convirtiendo en realidad imaginaria, el ascenso al paraíso inmaculado para mortales de bajos recursos económicos, como yo.
miércoles, 6 de agosto de 2008
Los Pequeños Placeres
Parada en aquél balconcillo de ese hermoso faro; con una pluma y un cuaderno sobre la baranda, para escribir todo lo que veo.
Nada más que arena, mar, y horizonte de amanecer frente a mis ojos. La playa desierta, sin tiempo, ni apuros.
Solos el paisaje y yo, con mi libreta y mis pensamientos. Fuera el cansancio, las preocupaciones; que se ahoguen en lo más profundo del océano, para poder disfrutar por fin de esta soledad en mi espacio; donde no podría estar más que conmigo misma.
Cualquier otro sonido extraño al paisaje natural que me rodea sería insoportable, me provocaría migraña.
Resulta exquisito contemplar cada detalle, como tratando de fundirme en cada uno de ellos.
Ser una partícula de arena a lo lejos, repleta de la espuma marina.
Convertirme en hidrógeno, respirar oxígeno y convertirme en agua, para visitar las costas de todas las playas del planeta.
Saciar la sed humana, o destruir pueblos enteros, formando parte de una inundación: Juez y verdugo de la vida, al mismo tiempo. Resulta curioso mi papel en esta Tierra.
Al calor, evaporarme; hinchando las nubes, y produciendo lluvias que hidraten las cosechas y generen alimento para el ser humano.
Haría crecer un árbol, y me asimilaría en su naturaleza, para vivir o morir, según qué decida el hombre.
Y, pensar que alguna vez he sido parte de ellos. Me han respetado, querido y amado como a una más. Ahora soy las cenizas del fuego en la chimenea que calentó sus hogares en invierno.
Temerosa de la muerte, vuelvo a mi sitio seguro en el faro; contemplando el horizonte a lo lejos, dando gracias a Dios por ser Humana, estar viva, y no reencarnar (por ahora), más allá de los umbrales de mi imaginación.
viernes, 1 de agosto de 2008
Paraíso Campestre
Apenas asomaban los primeros rayos de sol, en una habitación desconocida.
De lado izquierdo, había un libro y un candelabro apoyados sobre la sencilla mesa de luz.
Al otro extremo, sobre un estante, bajo la única ventana del lugar, yacían una jarra y un recipiente de porcelana china, llenos de agua, para higienizarse.
Sobre una pared en que se apoyaba la cabecera de mi cama, colgaban retratos con fotografías antiquísimas, de personas desconocidas. A esa altura, ya abundaban los indicios de encontrarme a mediados del siglo antepasado.
Suspiré resignada, mientras recorría toda la habitación, sin animarme a salir de ella.
Abrí la ventana, para observar el paisaje. Mi hermoso paraíso campestre, rico en plantaciones diversas, que surcaban toda la llanura.
Eufórica de alegría, mudé mi ropa con el primer vestido que encontré en el armario; bajé las escaleras, crucé el comedor, y salí a correr libre por el prado. Nunca antes había respirado aire más oxigenado que aquél: Puro elixir de la vida.
A pocos metros de la casa, un establo; con caballos y vacas. No muy lejos, el gallinero.
Ingresé al primero, y acaricié los caballos, mientras observaba la falta de mantenimiento a mí alrededor.
Adiós placenteras sonrisas. Helos aquí; mis quehaceres de granja: Limpiar el establo, cepillar los caballos, ordeñar las vacas, recolectar los huevos de las gallinas…. Eran algunas de las actividades que desempeñaba con gran habilidad; cual si me hubiera encargado de ellas toda la vida.
Dieron las ocho y media de la mañana, cuando desayuné con leche, pan casero y mantequilla.
Satisfecho mi apetito, no pude contener las ganas de montar a caballo. Del establo, ensillé un hermoso pura sangre color azabache, y salimos juntos a correr.
Fue el momento más libremente feliz de toda mi vida: Ver sólo horizonte a lo lejos, sentir la caricia del oxígeno en mi cara, y el galope del caballo en contraste con el crujir de un césped nuevo, tierno; fusionarse, cual música para mis oídos.
Las horas pasaron como milésimas de segundos, al cabalgar. Anochecía, cuando por fin descansé bajo un árbol cercano a la casa, hasta quedar profundamente dormida.
miércoles, 23 de julio de 2008
¡¡Lee a Cortázar, Niña Tonta!!
Posa tu mirada sobre esas benditas páginas de una vez, pendeja! Concéntrate.
No es obligación, pero debes hacerlo: Recupera el gusto por las lecturas asiduas, es un crimen dejar libros por la mitad. ¡¡Se trata de Cortázar, por todos los cielos!!
Dejar Bestiario a medio terminar, posando mi mirada sobre esas pobres hormigas del formicario literario. Heme convertido en una de ellas; antes de renunciar…
Conmigo, las quinientas cuarenta y ocho páginas de Cuentos Completos / 1 de Julio Cortázar, inmersas en la oscuridad de un bolso negro, durante más de 3 meses.
De aquí para allá, presa de un cerebro cansado incapaz de concentrarse en nada más allá de los asuntos pendientes, criticables, refutables… de la agencia en donde me encontraba trabajando, hasta la semana pasada; cuando renuncié.
Por fin hundida en el asiento cómodo del vacío 109. Una hora de viaje cada día, para regresar a casa: La excusa perfecta para ponerme a leer.
Allí, la incomodidad. Donde cada sonido a mi alrededor parecía aumentar su volumen apenas abría el libro en el Bestiario a medio terminar.
Página 224. Cita en cursiva de una carta de Isabel a su madre “…. Verte pronto. Ellos están bien. Con Nino tenemos un formicario, y jugamos, y llevamos un herbario muy grande.
Rema te… (Piribiri, prirbrir, piribiri ri… “¿hola?. Ah, sí, Mamá! Ya estoy llegando”) Chau concentración.
“Lucky you, girl! Don’t have to work like a cow for a piece of meat”. Pienso, asfixiada por el olor inconfundible de aquella estudiante universitaria acomodada, parada junto a mi asiento.
Vuelta a abrir el libro en aquella interminable página 224; y los sonidos a mi alrededor, amplificándose una vez más. “Concéntrate, es un buen autor….¡Te fascinaron sus otros relatos! ¿Qué sucede con Bestiario, entonces?”. Pienso, mientras verifico cuantas páginas me faltan para terminar. Sólo tres.
Suspiro; y mis ojos se escurren hacia la ventanilla del colectivo. Está oscuro, el auto se mueve, abarrotado de gente… Imposible leer.
“¡Pero sólo te faltan tres páginas, imbécil! Es un crimen no terminarlo. Concéntrate y…”
“También faltan tres paradas para bajarme; no puedo continuar”. Cierro de súbito el libro; decepcionada de mi misma, por soberana falta de concentración.
En casa, todas las noches lo mismo: Estoy muy cansada como para leer, hay que preparar la cena…Lavar la ropa…acomodar mi cuarto…bañarme….preparar el almuerzo, y la ropa que usaré al día siguiente.
No sos vos, soy yo. Me harté: ¡¡Renuncio!!
Ahora tengo la suficiente experiencia como para buscar otro trabajo afín; tiempo de escribir en mi Blog abandonado (que necesitaba urgente aire fresco)….
Y leer el Bestiario de Julio Cortázar.
Página 224, por enésima vez. “¿dónde estaba? Ah!, si…”.
…manda besos, está bien. Yo la encuentro triste, igual que a Luis que e s m u y
B u e n ¡¡¡NO!!! .
¡¡YA BASTA!!! ¡¡¡No soy yo, SOS VOS!!! No – me – representas - más (…Por ahora…) C’est Fini.
lunes, 21 de julio de 2008
Reiteraciones Mías. (Autocrítica)
Frases repetidas por doquier y (lo peor) ¡¡¡Un mes y medio sin Publicar!!!.
"World of Words, Cecy's Soul" ¿en qué estaba pensando??.
Encerrada en la oscuridad reiterativa de amores que ¡¡Nunca!! podían ser.
No Señor: El mundo No está hecho solo de palabras; por lo tanto, ése título ha dejado de identificarme.
Tan sólo enumero las posibles causas del desierto en este blog. ¿Por qué ya no publicaba? ¿cómo pude haber matado las letras en esta página?... Temerosa de escribir cada cosa que se me venía en mente, por un estúpido pudor de ir en contra del perfil melancólico, oscuro, pesimista, empalagosamente romántico, e inspirado de aquí... Donde mi casa, habia dejado de ser mi casa.
Por fín devuelta a mis dominios, habiendo modificado el título, para dar mayor lugar a un sin fin de posibilidades que redactar; dejo sin embargo latente cada letra de mi pasado que existió, aunque halla sido imaginario.
Quedarán para nuevos lectores, cada una de las letras que escribí en este espacio, que jamás morirá mientras yo viva.
Reconozco lo que hice y lo que hago aquí como parte de mi historia literaria; mientras busco dentro algún resto de la inspiración que alguna vez me ha llevado a escribir poemas.
Algo muy grande y hermoso deberá pasarme para que esa veta inspiratoria renazca en mí.
Hasta entonces, procuro ejercitar el lado espontáneo de mis dedos, y lo que me viene en mente (o no) cuando me encuentre frente al espacio en blanco.
Escribir lo que quiero, cómo quiero y cuando quiero, sin condicionar mi espíritu libre: ésa es mi clave para que la escritura aquí fluya realmente como sangre en mis venas (aquello que nunca debí haber perdido).
domingo, 25 de mayo de 2008
Vive en Mí
Ni aunque arrancaran mi corazón, lo incendiaran y arrojaran al océano más profundo, dejaría de amar a ese hombre.
Fuera de la carne, mi alma sería la suela de sus zapatos, el aire que respira, su piel. Yo estaría allí, como lo estoy ahora; muriendo cada día un poco a la distancia, mientras le espero, necesitada de su presencia.
Nada ni nadie podrá jamás comparársele ni igualar este inmenso amor solitario y doliente que me invade.
Firme dentro mío, estoy orgullosa de amarle hasta lastimarme como nunca antes, sin culpables más que mi amor por él.
No me ha hecho el menor daño, al contrario: Su presencia es el milagro de mi vida, paz en el alma, mi mejor paisaje, el más bello de los seres humanos que pueblan esta tierra.
Extraño la fuerza que me daba cuando estaba cerca; lo mujer que me hacia sentir… Cuando ahora no me considero más que un ente. La nada.
Cada día muero un poco lejos suyo, amor de mi vida. Pensamiento fatalista de querer morir, para convertirme en el aire que respira, o la suela de sus zapatos: Mi alma en su piel le estaría más cerca de lo que mi cuerpo se encuentra ahora.
Impotente, pensándole. A falta de teléfono, escribiendo mails, cartas manuscritas, y más mails, preguntando sin respuestas una y otra vez
¿Cuándo podré verte?, amor de mi vida, que tan lejos, me conducirás a la muerte, para así colocar por fin el alma cerca de tuyo, aunque no me veas….
Todavía (y no por mucho tiempo) mi necesidad se niega a aparecer ante ti. Necesito verte.
Junto migajas de respeto a tu silencio cruel, a tu ausencia. Pronto correré hasta ti, mi amor. Sólo así sobreviviré: Abrazándote, enjugando lágrimas eternas junto a ti, a riesgo de que me consideres una loca. Quizá lo esté, de amor por ti.
¿Qué sucede? ¿Por qué tanto silencio?, tanta ausencia que me debilita día tras día. No podré vivir mucho más tiempo sin ti, lo siento en mi corazón: No habrá alma caritativa que me salve.
Sólo me queda correr hasta ti. Con tu nueva dirección, hoy he llamado al 110… sin éxito. Me proponía llamarte. Con todos los datos que me diste antes de desaparecer, creí que podría encontrarte. No tienes teléfono. Nada.
Correr hasta ti para salvarme, de tanto que te necesito. Gracias a Dios, llegaste con suerte a darme tu nueva dirección ¡¡Infinitas Gracias, mi amor!!
No importa cuanto tiempo habré de estar frente a tu puerta esperando que me abras; si hay lluvia, sol, frío, aunque enferme, con mis últimas fuerzas esperaré una eternidad por ti, ese es el poder del amor que te siento.
Nada ni nadie me moverá del portal de tu puerta, hasta que aparezcas, y me desvanezca del shock, por tanta emoción. Al fin descansaré junto a ti.
Que no te asuste tanto amor enfermo de esperar solito en el corazón por seis meses….Seis años….Siglos.
Prefiero morir, a cometer el mismo error que hice hace tres años lejos de ti, sin comprender, hasta el año pasado, cuanto te amo y te necesito.
Ruego a Dios, por mi vida, nunca me faltes, corazón!!!.
Que hermoso milagro he vivido junto a ti el año pasado!!!. Necesito tu alegría para sobrevivir. Te lo rogué por teléfono, antes de perder el contacto, temerosa de perderte, tras la mudanza, lo sabes. Hemos hablado, y está sucediendo lo que tanto he temido.
¿Por qué, aun con toda la nueva información que me has dado sobre ti, hace tres meses, sigo sin poder verte?
Escrito infinidad de mails, una carta manuscrita que aun no sé si has recibido, intentado buscar tu nuevo número de teléfono….
Sólo me queda una cosa por hacer: Presentarme ante ti, sin miedo, pase lo que pase, y decir cuanto te amo, sin importar lo mucho que deba esperar, ni que el clima haga estragos en mis defensas bajas, por la profunda depresión que me causa tenerte tan cruelmente lejos.
Te Amo Realmente con la vida, y me preocupa tanto silencio. Definitivamente necesito hacer algo más que esperar, escribir, intentar llamar, y esperar por ti.
Te Amo Sinceramente, con Toda Mi vida!
Nos Vemos Pronto.
lunes, 24 de marzo de 2008
Quiebre, Realidad y Agradecimiento.
Sentada sola en uno de los largos bancos católicos – apostólicos – romanos, una fría soledad invadió mi alma sin razón aparente.
Miré todo cuanto había a mi alrededor, tratando de evadirme. “No hay Santos, que extraño”; pensé, sin hallarme, en la Casa del Señor, después de largos años de ausencia.
Lloró mi alma solitaria, justo en el preciso instante en que decía “Basta”.
Un desfile interminable de caras y recuerdos me embriagó. Sorprendida de ver quiénes estuvieron siempre conmigo, durante todo este tiempo, ante mi cruel desprecio; sin darme cuenta cuánto me amaban…Y todavía están aquí, esperando por mí.
Lejanos ya, todos los ausentes que prefirieron alejarse. Él en particular, dueño de tantas publicaciones anteriores en este Blog. Él, que ni siquiera me llamó para desear felices Pascuas, mientras los pobres dueños de mi desprecio estaban ahí: Junto a mí, como siempre, guardando amor, necesitándome.
“Basta de una vez” sentí en mi corazón, la injusticia de lo que yo estaba haciendo vivir a mi prójimo: Preocupada por aquél que no está, y despreciando a quienes me acompañaron durante tanto tiempo.
“Con ellos es con quienes debo estar, ayudarles a recuperar el tiempo lejos mío, por esa ceguera que me invadía….Agradecerles infinitamente su presencia Realmente Incondicional” Sentí en mi corazón. Pedí a Dios perdón; y con él, a todos los presentes, cruelmente ignorados durante tantos años, por mí.
Quienes me acompañan a pesar de todo, ellos son mi realidad. Basta de gastar mi corazón y sufrir por quien no le importo. Es momento de estar y prestar atención a los que de veras me aman y necesitan estar conmigo.
A ellos Gracias!. Lamentablemente, digo adiós a quien me ha ignorado y desaparecido largo tiempo….
Adiós, me dirán justamente aquellos que he ignorado yo, largo tiempo. A Dios, y a ellos imploro perdón, por no estar a su lado. ¿Tendré de su caridad, una nueva oportunidad, o habrán de desaparecer Justamente, razonablemente: Como yo desaparezco de quien nunca me amó?
Sientan en su corazón, el perdón que les imploro, y traten de estar conmigo por favor: Hagan ustedes lo que les plazca, libres son; pero sepan que los siento, los recuerdo claramente cada día de mi vida: Los Amo y los Necesito Siempre.
Gracias a todos por devolverme Realidad en su presencia!. Infinitas Gracias, y eternas ganas de volver a compartir vida con ustedes; recuperar el tiempo perdido. Sepan ustedes, mis Verdaderos Amores, que serán Real y Sinceramente Bien Amados.
domingo, 24 de febrero de 2008
...De acuosas plegarias, al Colón.
Espero que alguien en ese bendito lugar, voltee a ver, y me pregunte si necesito algo.
Me sueño en el Colón, porque amo su atmósfera; irónica realidad musical: siendo restaurado, no poder entrar.
A mi alma también le vendría bien una limpieza, y por qué no, una buena mano de pintura para quitar este color gris que me invade desde hace casi tres meses. Esperando. Sola.
El silencio me ha retornado en sueños a este hermoso espacio del Colón imaginario, refaccionado; donde mis gemidos de llanto desesperado provocan eco… Esperando una vez más por algún músico interesante, que naturalmente frecuente mi admirado Teatro, donde quisiera pasar al morir, una eternidad musical rodeada de óperas y conciertos.
Música que mis dedos pianistas, no han de tocar, por una mezcla de impotencia, “no lo harás bien, Cecilia”, y “falta de tiempo”.
Al diablo con el tiempo, si estoy aquí, en mi Colón de ensueños, esperando…Te.
Soy pianista, puedo desearlo.
Tengo dedos de pianista moviéndose constantes sobre este teclado. Llegan a una octava, ¿por qué no habrán de hacer música alguna vez?... Esperándote, sorprendiéndote.
Lloro solitaria a más no poder, rogando en sueños por alguien en este lugar interesante que me consuele.
Quien sabe quién se detendrá, pero inmersa mi alma en el Colón, seguramente será cautivante: Algún músico, director de orquesta, cantante de ópera, bailarín, o; con muchísima suerte: Pianista.
Como yo, pero en realidad del Colón: Un pianista con la gracia de poder practicar a diario el instrumento que me hace falta; que dibujaré por siempre en letras, pues, “para esto sí tengo talento”.
No estoy segura qué me consolará más, al fin y al cabo, inmersa en mi Colón Imaginario: Si el piano que no tengo, alguna buena ópera, o con altísima suerte, ese ser humano varón que tanto me falta para sentirme completa, refaccionar mi alma abandonada, sucia, solitaria, en pedazos…. Así como los obreros cansados se encargan día a día (o cuando al gobierno se le antoja, lamentablemente) de mi adorado Teatro Colón.
domingo, 6 de enero de 2008
Tu puerta cerrada...
Las cosas materiales, me importan poco y nada. Lo sabes. Aunque me fascine comprar regalos a las personas que amo.
Brilla tan inmenso en el corazón. Aquí estoy, vida mía. ¿Puedes sentirme latir? ¿Puedes?
Tus puertas, cerradas. Me cuesta escribir. Lloro.
Aunque me siento bella para ti, lloro cada noche… Porque no me dejas entrar.
Tanto amarte me hace crecer, la caja toráxica queda chica. Duele. Mi corazón, necesita ese espacio junto a ti.
Brillantes mis ojos, cual diamantes, ruego a Dios; mientras los puños no cesan de golpear tu puerta cerrada, una y otra vez.
Duele. Lloro. No te preocupes, no eres tú quien me hace daño; es este amor tan profundo que siento por tu Bendita Persona que Tanto Amo.
El sentimiento a flor de piel; bañada en el perfume especial que tú no sientes…Tras la puerta cerrada.
Entonces, me aborrezco. Soy nada. Me rindo. Ni el amor más profundo, podría embellecerme lo suficiente como para que me amaras; y así derribar esa maldita puerta que nos separa.
No importa cómo ni por qué, yo de todas formas permanezco aquí, junto a ti, llamando a tu puerta.
Intento una y otra vez tomar tu mano. La puerta está cerrada.
Abrazarte con el alma. Tampoco hay ventanas. La puerta está cerrada.
Besarte. ¡¿Es que no lo entiendes, Cecilia?! ¡¡¡La Puerta Está Cerrada!!! ¡¡No puedes pasar!!
¡¡SLAM!! Se cierra ante mí una vez más. Aquella puerta que nunca se abrió… Se… cierra…ante…mí…una…vez…más.
Duele. Lloro. Lo inmenso del corazón, rompió en pedazos mi caja toráxica. El perfume de mi amor, por el suelo, pasa a través de tu puerta. ¿Lo sientes? Es la sangre de mi corazón enamorado. ¿Puedes ver ahora el significado?
Miles de estrellas esta noche habré derramado, al compás de mi llanto. Brilla para ti un amor inmenso, tras la puerta cerrada. Los nudillos sangran, de tanto golpear, aunque una fuerza sobrehumana impide detenerme.
Duele. Lloro. No te preocupes, no eres tú quien me hace daño. Es mi esperanza inagotable de abrir Todas las puertas de tu Bendita Persona, que tanto Amo.